«INDIFERENCIA FEDERAL ANTE LA VIOLENCIA: MIENTRAS MÉXICO ARDE, LA 4T PRESUME VACACIONES DE LUJO Y ATACA A FUTBOLISTAS»
• Mientras los feminicidios y homicidios siguen desangrando al país, el gobierno federal guarda silencio, enfocado en linchar mediáticamente a figuras como Chicharito y en disfrutar viajes de lujo a costa de una austeridad que ya nadie cree.
• Las familias mexicanas lloran a sus muertos y viven con miedo, la clase política de la 4T pasea, evade y justifica. Aquí, la seguridad nacional es apenas una nota al pie.
Lo que está ocurriendo en México no es casualidad… es consecuencia.
Mientras el país entero exige respuestas ante la creciente ola de violencia —como el brutal asesinato de la maestra jubilada Irma Hernández en Veracruz, que también laboraba como taxista y cuyo cuerpo presentó múltiples signos de tortura—, el gobierno federal parece más ocupado en atacar mediáticamente al futbolista Javier “Chicharito” Hernández por sus declaraciones sobre masculinidad, que en enfrentar la tragedia que enluta a miles de familias mexicanas.
La gobernadora morenista Rocío Nahle intentó minimizar el crimen, asegurando que la víctima “murió de un infarto”, pese a las evidencias físicas que revelan lo contrario. El mensaje es claro: la vida de los mexicanos ha pasado a segundo plano frente a los discursos de poder y corrección política.
Mientras tanto, en diferentes regiones del país se registran hechos violentos todos los días. Tan solo este mes, Guanajuato, Zacatecas, Michoacán, Chiapas, Guerrero y el Estado de México han sido escenario de masacres, emboscadas y desapariciones. Las cifras de homicidios dolosos, feminicidios y extorsiones siguen al alza… y desde Palacio Nacional, ni una palabra.
En contraste, las imágenes de hijos de políticos de la 4T paseando por Japón, Europa y tiendas de lujo en plena “austeridad republicana” siguen apareciendo. Andrés Manuel López Beltrán, por ejemplo, fue visto en Tokio comprando en tiendas Prada y desayunando en hoteles cinco estrellas, mientras el resto del país sobrevive con salarios mínimos y calles dominadas por el crimen.
El secretario de Educación, Mario Delgado, justificó su viaje a Portugal asegurando que lo pagó “de su bolsillo” sin descuidar su trabajo. Lo que no pudo explicar es cómo concilia su discurso de compromiso con la educación y los miles de estudiantes que hoy enfrentan violencia y deserción escolar en las zonas más afectadas por el crimen.
Para colmo, se ha revelado que existen instituciones como Omlid e IMELE que, por una “donación”, entregan doctorados Honoris Causa a políticos como Adán Augusto López. La educación y el reconocimiento, convertidos en espectáculo.
Mientras tanto, el INE multó con sanciones mínimas a los aspirantes que usaron “chuletas” en los recientes procesos judiciales, perpetuando la impunidad y legitimando prácticas que atentan contra la credibilidad democrática. ¿Y las grandes instituciones? Bien, gracias.
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